Leyenda del Timbó

Tiempo atrás comenzamos a trabajar con "La leyenda de la yerba mate" y fuimos buscando informaciones sobre el tema hasta que aprendimos muchas cosas interesantes. Esto también se debe a la visita de Julio Brum a nuestra escuela.
Julio Brum es un artista uruguayo, cantante y compositor que también tiene una página en Internet y compartimos su dirección para que puedan visitarla y disfrutar como lo hicimos nosotros: http://www.elsecretodelayerbamate.blogspot.com/

Un compañero de 1° año, Dimas, nos acercó "orejas de indio" o también llamadas "orejas de negro" y comenzamos a investigar sobre esas semillas. Apareció entonces:

" LA LEYENDA DEL TIMBÓ"La compartimos aquí con ustedes...

Era un viejo cacique indio: alto, musculoso, de melena tirando a gris y de plumas rojas bajo la vincha. La india que compartía su toldo le había dado varios hijos varones seguidos y recién al final, una hija, la cual fue criada como una princesa, salvaje, es cierto, pero con mimos de princesa.
Al llegar a los quince años, ésta se enamoró del hijo del cacique de la tribu vecina, que era enemiga, y como por las leyes indígenas no podían unirse en matrimonio, se unieron ellos por voluntad de amor ante máximo sacerdote de sus creencias primitiva, que era el Sol.
Y la princesa, así, desapareció del toldo, o sea del hogar, pues el hijo del cacique, huyendo a la vez de los suyos, le había llevado lejos.
El padre de la joven, desesperado, salió con un grupo de guerreros a rescatar a su hija. En su busca cruzaron bosques, ríos, arroyos, escalaron serranías, andando durante meses bajo las lunas blancas.
Pero llegó el invierno, y los guerreros, creyendo que el cacique había enloquecido de dolor y creyendo a la vez que la princesa no iba a ser hallada, lo abandonaron.
Continuó el viejo cacique la búsqueda el sólo; pero ya no era el jefe, el tubichá, quien lo sostenía en su intento, sino su amor de padre.
De tiempo en tiempo se detenía y apoyaba una de sus orejas en la tierra, siempre con la esperanza de oír, a lo lejos, las pisadas de la princesa buscada.
Así pasó el invierno. Al llegar la primavera, los guerreros partieron en busca del cacique, y luego de mucho andar lo hallaron muerto.
Al intentar levantarlo, notaron que una de sus orejas estaba unida a la tierra como con raíces. Con cuidadoso esfuerzo le levantaron, pero la oreja quedó unida al suelo.
Y de esa oreja nació una plantita, que fue creciendo, creciendo, hasta convertirse en un grande y hermoso árbol, al que le pusieron el nombre de TIMBÓ; y ese árbol produce las semillas o bayas con la forma humana de color oscuro, como fue la oreja del viejo indio, que murió pegada su cabeza a la tierra en la esperanza de oír los pasos de la hija que volvía.

Fernán Silva Valdés, uruguayo (1887- 1975)

Una hermosa tarde para conocer una hermosa historia que comenzamos a disfrutarla en la escuela, escuhándola, leyéndola en nuestras computadoras y vivenciándola al visitar nuestra plaza principal "José Gervasio Artigas".Allí estaban las semillas del timbó derramadas en el césped de la plaza...como esperando a que nosotros llegáramos.
Fernando fue uno de los que tuvo más puntería con la vista para localizar un montón de "orejas de indio".Florencia también... Y nos llegó el turno a todos...expertos en buscarlas en el pasto verde, escondidas, tapadas y otras muy visibles.

Representamos la leyenda...cuando el cacique ponía su oreja para escuchar los pasos de su hija, de su princesa, que nunca más volvió a ver.
Y Roberto hasta se dio el lujo de encontrar una pluma...tal si fuera la de aquel cacique con pluma y vincha.








Agradecemos a una abuela que siempre está presente aunque no conocemos personalmente, y los invitamos a que visiten su blog y también tengan el gusto de hacerlo...al igual que nosotros.GRACIAS!!!!!!

www.abuelaciber1000.blogspot.com